Múltiples tiempos me han encadenado a la misma encrucijada. Los personajes se repiten astutamente para evitar que me percate de la repetición. Se desvanecen entre nombres, tiempos, personalidades, iras, venganzas. ¿Qué es pues lo que me asegura que nunca he estado en la misma situación? ¿Tengo la certeza de vestigios que de una u otra forma nos han comunicado silenciosamente el desenlace de las historias?
El meollo es determinar la duración de las historietas que nos inventamos a nosotros mismos para dar por concluidas las misiones. Me aterra y produce cierta fascinación, el imaginar cuántas veces he estado encantada en el mismo capricho.
Sabes el desenlace, y al encontrarme en el margen entre la continuidad lúdica o el asesinato de la idea, vienen los percances como pequeñas manchas de cuervo que van destilando poco a poco en las entrañas de mi cerebro para decirme casi fotográficamente la dimensión de la sensación, que producen ciertos laceraciones de orgullo cuando me encuentro en tal o cual posición, canal, escalera, geometría, y cualquier otra palabra que determine el lado de la impresición de la personalidad, agotando cada una de sus estrategias ilusorias para mantenernos enredados en telarañas hedonistas que distorsionan explosivamente la cantidad de manicomios que albergamos en nuestros sueños vigilias y acontecimientos. (no hay puntos y comas)
Lucrar con la mente para ganarle las cruces del embotellamiento lingüístico que vuelve a la materia cerebral más lenta y apaga las luces rojas del ombligo distorsionando la percepción hasta las ranuras y los filos de los procesos de colores tenues pasivos… (incertidumbre)
La astucia de la mente por ejemplo, me entretiene en la escritura de este texto que me lleva al margen de la discursividad y luego me regresa empapada de una sensación de alivio. Antes de escribir las imágenes, había esto: Paz, gratitud, regalo.
Por ello he seguido bosquejandome a través de las mounstras. ¿Cómo será la línea cuando salga? ¿Cuáles son las personas que se quedarán conmigo esta vez, otra vez? Después de seis meses la reconfiguracion de mi existencia me pone en un embotellamiento de personalidades, seguiré con ellas o esperare a que lleguen los que me acompañarán en la próxima jugada.